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Perdurabilidad Pt. 1

Las dos y media de la mañana y aquí he vuelto. Vuelvo a sentir un pequeño despertar de emociones y sentimientos que me vinculan directamente con estas letras o, mejor dicho, con esta necesidad de juntarlas para expresar algo. Posiblemente mucho de lo plasmado aquí hasta ahora haya cambiado. Mi pensamiento, al igual que mi habilidad comunicativa y mi forma de comportarme ha seguido evolucionando y cambiando de forma. Posiblemente si leo a la Sra. Rouge del pasado ponga el grito en el cielo por la cantidad de sandeces que podía escribir. Pero no pasa nada. Eso también forma parte de mi historia, de mi pasado. Pero si hay algo que no queda enterrado en un versículo anterior de mi es mi fiel defensa del amor y mi férrea lucha contra los estereotipos en las relaciones. Hoy vuelvo a hablar de la perdurabilidad. En mi entorno cercano se están dando últimamente bastantes situaciones en las que observo cómo las personas seguimos autocastigándonos y autocompadeciéndonos por seguir ligado

Felicidad

Nuevamente, como siempre, me inspiran.  Fernando Savate r , en una de las entradas de su Diccionario Filosófico , manifestaba (bajo mi interpretación de sus palabras) que la Felicidad es una mera proyección a la que le sobra la vida. Esta " se manifiesta a pesar de todos los pesares, propios o ajenos. No porque los ignore, sino porque los vence ", Entonces, pues, ¿por qué esta lucha constante de las personas por encontrar la felicidad?  La felicidad llega, cosa muy distinta es cómo se manifiesta. La felicidad llega pero, muchas veces, luchamos contra ella.  [STOP: No siga leyendo si va a pensar sobre el bienestar y la felicidad situando el foco de análisis a un contexto dramático]. Desvariando un poco, que es lo que mejor se me da, y retomando el foco en el pensamiento social, somos nosotras las personas las que en gran medida nos oponemos a disfrutar de esa felicidad. Aceptarla o aceptar aquello que la produce muchas veces nos supone: Un cambio en nuestras vidas.

Sobre crianza y vuestras falacias

Empiezo a estar bastante cansada, asqueada e indignada de ver cómo debatís la edad adecuada de las mujeres para ser madres. El respeto es fundamental, alegáis. ¿Y vuestro respeto? Vuestros artículos no se basan en el respeto, simplemente pretenden justificar una opinión derrumbando el resto, plantear la Verdad Única respaldándose en falacias patriarcales. Es más, dejad ya de meteos en la vida, decisiones y cuerpo de las mujeres. Que cada cual haga lo que estime más conveniente. No es debate de crianza, ni de salud. Es un continuo machaque a las mujeres y su libre capacidad de decisión. Si no, ¿por qué nunca cuestionáis la edad adecuada del hombre para ser padre? Y es que a nosotrxs, humanitxs, resulta que nos flipa criticar; criticamos a una madre joven, criticamos a una madre mayor, criticamos a una madre soltera, criticamos a la mujer que decide no ser madre, criticamos a las parejas del mismo sexo que deciden ser papás o mamás. Criticamos el aborto o la fecundación in

Ellas

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En la ausencia de su presencia, la luz de la más fiel compañera ilumina el camino, guía el destino. Lo construye ella, se apoya en ella, la acompaña su compañera. Nunca una luz tenue, dulce e intermitente ha hecho tanto por alguien. El sacrificio de su presencia, cíclico y holístico, durante 28 días se repite. Una amiga que se ilumina a gritos de armonía y paz. Calma. Respiración. "Pasa, túmbate, mímate, quiérete, disfruta". Otra amiga que se manifiesta al son de su compás favorito en cada momento. Al ritmo del 3x4, al compás de una bulería, al más puro estilo latino, con el cariño de una copa de vino y un poco de jazz. Y llega ella, con la sensualidad de una noche entre velas y el encaje oscuro y fino rodeando su cuerpo. Una pluma sobre su piel, los tacones y el contoneo, Un escalofrío por su nuca. El susurro de sus caricias. El placer de disfrutarse. Termina el ciclo con el roce entre sus dos últimas aliadas. Dualidades, sentimientos encontrados. La que pide gri

Filofobia (o por qué no haces lo que yo te impongo)

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Hace relativamente poco, discutía sobre el maravilloso mundo de la inmadurez sentimental . Inmadurez sentimental que nosotrxs y nuestros aparatos reproductores se encargan de catalogarla como tal, normalmente, por varios motivos muy establecidos: No tiene una relación de pareja estable desde hace tiempo.  Su relación de pareja no es heteronormativa.  Nunca habla de su futuro sentimental a largo plazo. No piensa en matrimonio o niñes.  Y si a estos ítems le sumamos que la persona que los cumpla sea un hombre , se nos enciende una luz de color rojo, muy ruidosa y estrambótica que nos indica que nos encontramos ante una persona con miedo al compromiso emocional (filofobia). Porque sí, porque nuestra lucecita se ilumina, porque nos parece que es eso, porque nos han educado para eso. [Dato: Lógicamente ese supuesto miedo al compromiso a las mujeres no nos pasa. Nosotras queremos enamorarnos, casarnos y parir como si no hubiese mañana. Desde bien pequeñas, además. ] C

Un amor que perdura

La perdurabilidad del amor es uno de los mitos mejor montados. No hay relaciones eternas, no hay amores eternos, pero sí hay amores que acompañan la eternidad. Un amor que perdurará en la piel, que dejará rastro en cada uno de los sentidos. Un amor que comenzó con una admiración discreta, un interés disimulado, unas ganas cohibidas. Un amor que implosiona una noche fría  malagueña de máximo apogeo. Más, quería más. Las caricias en sus consejos, los besos en sus palabras, los abrazos en cada minuto que nos dedica, los orgasmos que fusionan. El amor que día a día va a más, el amor que busca la felicidad, el amor que construye y destruye confianza y miedos. El amor que cogerías de la mano para huir sin rumbo fijo. El amor que concibe los cuidados. El amor que perdurará en el tiempo aunque quede exento.

Verano o Invierno

Hace no mucho una persona bastante especial escribió algo sobre mi o para mi en su blog. Quitando la parte emotiva y reparadora del mensaje, una de sus frases me hizo reflexionar bastante. Nos molestamos en intentar conocer personas sin conocernos a nosotrxs mismxs. Esa frase decía algo así como "ni siquiera sé si te gusta el verano o el invierno". Me hizo sonreír porque me pareció adorable esa forma de expresar el poco contacto que tenemos el uno con el otro pero de golpe, una campanita sonó en mi cabeza. No sé si me gusta más el verano o el invierno. Cosas básicas como gustos o preferencias personales muchas veces se nos escapan. No nos conocemos lo suficiente básicamente porque no lo intentamos. No intentamos pasar tiempo con nosotrxs mismxs, analizarnos, cuidarnos y querernos. Vivimos por nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra formación o nuestro entorno social pero no vivimos ni sacamos tiempo para con nosotros. Tenemos en un continuo abandono a nuestro yo, a la p